El estereotipo hacia la comunicación como carrera.

 

El estereotipo hacia la comunicación como carrera

por Adilene Lucero Heredia Garibay.

Cuando un futuro universitario decide la carrera por la que va a inclinarse es común que las personas que lo rodean le cuestionen ¿cuál será?, depende de muchos factores la reacción de esa persona ante la respuesta del cuestionado, estos factores pueden ser la ideología, las tradiciones familiares o la experiencia propia. Existen carreras que gozan de una excelente reputación como la medicina, las ingenierías y la abogacía, esto porque en ellas los salarios son elevados, la vestimenta debe ser formal y los modales no se pueden olvidar en ningún momento, es decir esta casi prohibido decir una grosería.

Por el contrario existen carreras que con el solo hecho de ser mencionada como una opción causan exaltaciones no gratas, algunas de ellas son: literatura, filosofía, historia y comunicación, todas las anteriores tienen en común el ser reconocidas por que el egresado de estas no gana bien, no encuentra trabajo, es un desaliñado e incluso debe atenerse a trabajar de lo que le ofrezcan porque su carrera no le da para más, desmotivando al futuro estudiante y ayudando a incrementar la discriminación hacia esta carrera.

En esta ocasión me enfocare en tratar de explicar porque considero que la carrera de Licenciado en Ciencias de la Comunicación esta estereotipada. La primera de las razones es personal, se trata de la respuesta que recibí de la mayoría de las personas a quienes les comenté la elección de mi carrera, algunas de esas respuestas fueron las siguientes: “Quieres trabajar de chismosa con el pepillo Origel”, “Nombre mija te vas a morir de hambre peor bueno tú decides”, “¿Y si hay trabajo de eso?”, “No mas no hables de mas porque ya ves que matan reporteros”.

La mayor parte de las personas que opinaron lo anterior no tenían estudios más allá de la secundaria pero se dejaban llevar por lo que habían escuchado y opinaban sin tener un conocimiento de la carrera solo basándose en los rumores y noticias en los medios. Una razón más considero que es una de las más graves porque ocurre dentro del salón de clases y son los comentarios poco alentadores de algunos maestros que confirman lo que se dice en las calles pero a la vez te alientan a seguir en la escuela, un ejemplo de esos comentarios seria  “Las empresas no tienen lugar para los comunicólogos, busquen que otra cosa hacer”.

Por otro lado se encuentra es aspectos de los estudiantes en la facultad de humanidades que,  aunque no es generalizado, en su mayoría somos personas sin complicaciones para utilizar la ropa que nos gusta, realizarnos tatuajes, perforaciones y  tintes de cabello llamativos, lo anterior podría ser porque en  la carrera no se nos exige vestimenta formal, solo en caso de exposiciones, o porque las personas dentro de esta facultad en realidad tenemos la mente más abierta y entendemos que el vestir de traje no te hará un buen profesional ni un tatuaje un delincuente.

Una prueba más es el hecho de que ni las instituciones de gobierno ni las empresas privadas cuentan con un puesto dirigido específicamente para un comunicólogo estos generalmente son dirigidos al departamento de recursos humanos. Otro ejemplo de que en realidad nuestra carrera no cuenta con un lugar exclusivo es la ocupación de egresados de otras carreras en los puestos de conducción de programas, camarógrafos, periodistas, edición periodística, locución y más puestos que son de personas incluso sin una carrera universitaria.

Para concluir solo me queda escribir mi orgullo por estudiar en esta facultad que por el contrario de lo que se dice fuera de ella representa una gran responsabilidad de investigar para poder informar correcta y verídicamente a la sociedad, aprender a tomar excelentes fotografías, realizar excelentes reseñas, narrar de una manera entretenida un evento deportivo, conducir un programa y opinar inteligente y éticamente en cualquier oportunidad, es decir, nadie que no esté dentro de esta carrera entenderá la verdadera importancia de la misma, somos nosotros los futuros comunicólogos los que tenemos la tarea de terminar o disminuir con los mitos de nuestra carrea realizando un trabajo ejemplar por mínimo que sea, si no nos valoramos nosotros nadie lo hará.