LA PROSTITUCIÓN MASCULINA EN EL TURISMO DE TIJUANA.

 

LA PROSTITUCIÓN MASCULINA EN EL TURISMO DE TIJUANA    

por Esteban Froylan Pérez Moreno.

 Tijuana, llamada por muchos la ciudad de la perdición, donde el narcotráfico, la prostitución y lo inmoral es lo que se plasma por quienes tienen la perspectiva de un sitio inundado de placeres carnales, además de corrupto, presentando la cara de una realidad que no esta oculta, pero si ignorada por muchos. En este caso nos enfocarse a un solo panorama, la prostitución masculina en el turismo de Tijuana, tema que es escaso al compararse con la prostitución en mujeres, estas ultimas quienes tienen un lugar de fácil acceso para presentar sus servicios y que a su vez un lugar  de tolerancia, con seguridad y protección, en resumen una zona de confort para quien se dedique a dicho oficio.

                     Por otra parte si se compara la prostitución masculina con la de otros países la escala es baja, pero lo que hace diferente el trabajo de vender sexo en la ciudad, es la presencia de los turistas, que viene por el hecho de tener un momento de éxtasis con un joven de diferente nacionalidad. Pero en realidad será tarea fácil que el turista tenga que contactar estas personas, en si los factores que hacen que todo se lleve acabo son muchos. Se puede encontrar el servicio de un escort(joven prostituto) en un bar de ambiente gay, en la plaza o hasta en un parque publico, lugares que son muy diferentes al compararse, pero tienen en común el echo de que hay libertad al ejercer aquello que no es aceptable, por una sociedad llena de prejuicios, que no hace nada para resolver la problemática, donde la critica y el asombro no aportan solución a los jóvenes.                    

Pero será en realidad este fenómeno lo que lleva a que jóvenes, algunos menores de edad, estén en dicho trabajo, es aquí donde se investigaron  y analizaron las causas. Al entrevistar a un joven aproximadamente de 23 años de edad,  que prefirió no decir su nombre, el narraba que tenia 8 meses dedicándose a tal oficio como sexoservidor en el parque teniente guerrero,  alternativa que surgió al ser un indocumentado que quería cruzar la línea fronteriza y al no tener un buen trabajo opto por esta oportunidad, prostituirse, aun en contra de su cuerpo, ya que el no se consideraba homosexual, simplemente era la falta de dinero de una hija y  su esposa que lo esperaban en casa, lo que lo empujaron a meterse a un ambiente considerado por él mismo como lo peor, pero que por un momento se involucraría en ese mundo de escoria, donde Dios ya lo había olvidado, culminando así  las ultimas palabras.

                     Éste es un caso de tantos, tal vez no se terminarían  las historias de autores anónimos, que por la facilidad de los billetes verdes de un turista, hacen a un lado sus valores y su propia naturaleza, luego al paso de tiempo algunos salen para despertar en una realidad que preferirían olvidar, pero otros siguen en el negocio por así llamarlo, en un circulo vicioso que jamás terminara.

Por otra parte el turista juega un rol de cliente, en su mayoría llevan una doble vida, en su país de residencia son ejemplos como seres humanos, pero al llegar a Tijuana lo guardan por un momento, emanando una serie de emociones sin temeros, porque nadie los conoce. La ciudad les regala un lienzo donde ellos pintaran su trayectoria como  gusten. Así es ciudad noble, pero que se opaca, por el lado oscuro que le dan quienes “protegen a Tijuana”, policías que están envueltos en redes de diferente índole, pero casi siempre corruptas al asociarse con mafias de criminales que lideran y además controlan el trafico de personas, drogas, la prostitución y por supuesto la fuente de información para los turistas que requieren  a los prostitutos en la ciudad. Durante las  noches  los  oficiales  protegen  a  los sexoservidores  en  el   parque   Teniente guerrero  y la plaza santa Cecilia, haciendo rondas donde les piden una identificación, en realidad es un clave que los encargados les designan a los trabajadores del sexo para identificarse y así no se les detenga su trabajo, ya que al dar la clave, el oficial entiende que se a cumplido con la cuota impuesta (doscientos cincuenta pesos por semana) por quienes rigen tal actividad.

                     Para terminar cabe aclarar que el fenómeno del turismo en la prostitución de Tijuana, para la mayoría es mal visto, tal vez para quien no lo ha vivido o porque la ciudad no tiene la cultura de tolerar un tabú, esto no quiere decir que se deba estar de acuerdo con las practicas sexuales, simplemente se trata de aportar estrategias que  solucionen  las  conductas  del   hombre  que  se  denigra   así mismo, por no tener opción de fuentes de trabajo, donde las ilusiones de levantarse están rotas, por la frustración y el fracaso de un ser racional. El fenómeno al parecer nunca terminara, la ciudad es frontera, un choque de mundos que deben aprender a subsistir.