domingo, 13 de mayo de 2012

“La problemática de la explotación laboral en México”.

 

“La problemática de la explotación laboral en México”

Sergio Carlos Duarte Duarte.

 La explotación laboral abarca aspectos económicos, legales, sociológicos y por supuesto de derechos humanos que no distingue edad, sexo, o actividad económica. Es un acto  o serie de actos cometidos por grupos o individuos que abusan de vulnerabilidad de otros con fines de lucro.

La nueva conciencia sobre la trata ha planteado algunos retos conceptuales introduciendo en el derecho internacional el termino de explotación, respecto del cual existen escasos precedentes jurídicos.

El protocolo de Palermo contra el tráfico de migrantes y la trata de personas- de la Organización Internacional del Trabajo  (OIT) ofrece un marco para la definición de la explotación forzosa de mano de obra. La definición de trabajo forzoso para la OIT consta de dos elementos básicos: el servicio que se exige bajo la amenaza de una pena o un castigo y se lleva a cabo de forma involuntaria, es decir, hay coacción. En el Protocolo de Palermo se señala que, para erradicar eficazmente la trata, las intervenciones en materia de política pública deberían centrarse en el tema de los servicios forzosos, en la esclavitud y situaciones análogas a esta.

La esclavitud, que en su forma tradicional implica el control absoluto de una persona sobre otra, es casi inexistente en el siglo XXI. Pero en la actualidad es preocupante la servidumbre o esclavitud por deudas, que predomina las situaciones contemporáneas de trabajo forzoso. Es el caso, por ejemplo, de los emigrantes chinos que dependen de sus negociantes para sus trayectos a Europa o Estados Unidos, y que llegan a pagar hasta 60 mil dólares por traslado. Así, el endeudamiento puede ser una vía para convertirse en victima de trabajo forzado.

En las economías modernas, con frecuencia, la coacción se da a través de la confiscación de documentos de identidad de los trabajadores migrantes. Esta práctica es bastante común, ya que si un trabajador pierde su documentación de identidad (pasaporte) quedan en una situación de vulnerabilidad.

Una alianza global contra el trabajo forzoso, publicado por la OIT en 2005 calcula que al menos 12.3 millones de personas son víctimas de esta situación en el mundo; de estos, casi 10 millones son explotados por agentes privados y más de 2.4 millones realizan trabajo forzoso como consecuencia de la trata. Las cifras más elevadas corresponden a Asia con 9.5 millones, seguida por América Latina con 1.3 millones, África con 660 mil, y los países industrializados con 360 mil personas. Las cifras confirman el alcance global de estos problemas.

El informe clasifica el trabajo forzoso en tres categorías principales. La primera es el trabajo impuesto por el Estado con fines económicos y políticos; la segunda es el trabajo vinculado con la pobreza y discriminación, como el caso de los pueblos indígenas, y la tercera categoría es el trabajo surgido por la migración y trata como el lado negativo de la globalización. En los países en desarrollo la mayoría de las victimas de trabajos forzosos son pobres.

En América Latina, los pueblos indígenas llegan a ser sujetos a formas represivas de reclutamiento de empleo, particularmente cuando viven en zonas remotas y cuando son reclutados para trabajar como jornaleros agrícolas en lugares lejanos a sus comunidades.

La mayoría de las victimas son mujeres y suele tratarse de personas que intentan ganarse la vida lejos de la comunidad de origen. Además, hay evidencia frecuente de casos en las zonas francas de exportación, donde a menudo se amenaza con sanciones, como el despido, para exigir la realización de horas extraordinarias obligatorias sin una remuneración adicional.

Lo primero que se ocupa para acabar con la trata de personas con fines de abuso laboral es voluntad política. Para llegar a este punto es necesario contar con documentación completa e imparcial sobre casos concretos de coerción y explotación generada en informes cualitativos y cuantitativos divulgados ampliamente por los medios de comunicación.

En términos generales, la voluntad política en América Latina es visible. El primero de los múltiples compromisos de la Cumbre de las Américas en Mar de Plata hace tres años, fue sobre el trabajo forzoso. Este compromiso se ha reflejado en hechos y acciones concretas por medio de planes de acción y comisiones interministeriales. Precisamente cuatro países, Brasil, Bolivia, Paraguay y Perú desarrollan actualmente proyectos con la OIT para apoyar a estas políticas nacionales.

Se ha empezado, como en otros continentes, con estudios en lugares de sectores de la economía donde hay indicadores de problemas serios. Estos estudios promovieron la creación de seminarios de validación  y de estructuras interministeriales para coordinar actividades. Evidentemente, las iniciativas pueden variar mucho según las capacidades del Estado.

 

 

0 comentarios:

Publicar un comentario

Acerca del blog

Información de la clase de ética de la comunicacion y los medios.

Blog Archive